Mañana fresca de un verano gris,
inusual.
Una extraña sensación recorrió mi cuerpo
E indujo a que inconscientemente
me retrajera y refugiara en mi interior.
La imagen que vi me dejó atónita.
El corazón, dentro del cual ese sentimiento,
había anidado por décadas completas; y más,
acurrucado en un rincón; quieto, inanimado
¡Muerto!
¿Se ha dejado sucumbir?
Un hilillo de voz se dejo escuchar
de alguna oquedad:
-Ha muerto de inanición –
Quedo en el aire como un reverbero.
Instintivamente pronuncie un nombre
y seguía quieto, con esperanzas de que se moviera
repetí el nombre, esta vez a gritos…
Más nada.
De verdad ha muerto; acabó. - Señale -
Y una frase cruzo mi pensamiento:
“Dios da pan a quien no tiene dientes”.
Una inmensa tristeza, pena y frió
recorrió todo mi ser, de pies a cabeza
expeliéndo al exterior junto con
Años transcurridos en vano
en la espera de que algún día sea valorado ese amor;
puro, incondicional, que se había ofrendado
a manos llenas sin pedir nada a cambio.
Di un profundo suspiro y sentí alivio.
Eso fue todo, ni una sola lagrima.
Ya las había desperdiciado en demasía.
Levante los ojos, y
mi corazón dio un respingo.
Una mano tendida
acompañada por una bella sonrisa
ilumino la mañana…
Porque no?, asentí.
La vida se ofrecía generosa.
Maria Verónica. – 02 - 2009
Crisálida.
Sentimiento sustanciado de emociones, plasmadas en palabras, dichas en un susurro que brotan del fondo de mi Alma.
sábado, 14 de febrero de 2009
jueves, 5 de febrero de 2009
Golpe a golpe.
Te imaginé caminando por el green
y en un deja vù, compararlo con mis ojos:
Verdes
Profundos
Tranquilos.
Absorbiendo bocanadas del habano
e introducirse dentro de ti
minando tu tranquilidad,
como esa fragancia de Armani
que estrenaba yo aquel día
en que me notaste “diferente”.
Mil dudas y certezas
lanzadas al viento con cada golpe.
Ser recogidas y lanzadas nuevamente
en cada pelota; con más fuerza y
aún más lejos.
Pero al acercarte
las dudas e incertidumbres
siguen allí; duras e intransigentes
aunque pequeñas…
Si la cotejas
con lo que va gestándose
en nuestro interior...
Sin poder evitarlo.
Maria Verónica. 03 – 02 2009.
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