Crisálida.

Sentimiento sustanciado de emociones, plasmadas en palabras, dichas en un susurro que brotan del fondo de mi Alma.

miércoles, 26 de agosto de 2020

En blanco y negro.

 

 En blanco y negro 


De formas alargadas,
redondas,
elípticas.

En blanco y negro

Fueron escritas las palabras
que conmovieron Mi alma.

En blanco y negro

Que a ojos vista
se vistieron de esmeralda.

Inspiraron ternura,
y las lágrimas aparecieron
sin ser invitadas.

En blanco y negro

Estaban escritas las palabras
que iluminó mi mirada.

 

  María Verónica

El encuentro

El encuentro.
Es esa boca que quieres besar 
Son esos brazos que deseas te rodeen
y aprisionen 

sentir las caricias de sus manos
 al ras de la piel 

 El deseo. 
 El encuentro.

 Es la boca que se seca 
la voz aún más ronca.
 El estómago que se contrae, 

 El corazón que se alborota,
 se detiene por un instante 

 y luego… 

 Dispara,
 galopa 
 y se relaja.

 Es el tiempo que imploras se detenga
 más luego 
 el miedo a que termine. 

 El encuentro, 
el deseo, 
la pasión 

el amor 
la ternura... 

 Son los cuerpos que se reconocen, 
 viejas pieles, 
 amores que perduran 
 y nunca se olvidaron.

 María Verónica

Un poema, tres almas y un solo sentimiento.

 


Voy a preservar tus sombras
del naufragio.
Voy a atrapar tus ojos
calcinados de nadas.
Voy a arder
y devorar tus llamas
cuando mis tobillos trepen
hasta tu espalda
y arranquen sueños cansados
de este pedazo de cielo
que es tu cama...

 

Te invitaría a hundirte en mis ojos,

 llenos de cenizas de los recuerdos pasados,

 con un nuevo mirar de nuestras almas,

sonreír en las mañanas

servirte este amanecer

y darte más madrugadas.

 

Desleír en tu vida,

como en la mía,

 

los instantes aquellos

que nos marcaran por siempre

con ese sabor agridulce del recuerdo

 

De un amor que fue

 

y no era su momento.

 

                                            Maria Veronica Flores Hilde

 

                   

sábado, 22 de septiembre de 2018

Cría cuervos...

Percibí en su rostro
 el tic aquel que se que se avizora
 cuando desea manifestar algo desagradable.

 La frase fue soltada como un escupitajo 
que aprisionaba la garganta, y mientras lo decía, 
 sus ojos miraban cabizbajo, 
hacia las manos. 
 
No parecían sinceras 
y sin embargo estaban allí. 
Fue dicha sin importa el daño que podría causar
 a quien lo recibía, 
tanto como a los demás. 

 Una pequeña frase oprimió el corazón... 

 Y sangré por los ojos.
 
 Pensaba que lo había educado muy bien y sin embargo; 

 la frase que ronda mi cabeza estos días 
 y hace que duela en lo profundo del alma es:

 “Cría cuervos y te comerán los ojos “.

 María Verónica. 22/09/2018

lunes, 17 de enero de 2011

Un poema, tres almas y un solo sentimiento.


Voy a preservar tus sombras
del naufragio.
Voy a atrapar tus ojos
calcinados de nadas.
Voy a arder
y devorar tus llamas
cuando mis tobillos trepen
hasta tu espalda
y arranquen sueños cansados
de este pedazo de cielo
que es tu cama...

Te invitaría a hundirte en mis ojos,
llenos de cenizas de los recuerdos pasados,
con un nuevo mirar de nuestras almas,
sonreír en las mañanas
servirte este amanecer
y darte más madrugadas.

Desleír en tu vida, como en la mía,
los instantes aquellos
que nos marcaran por siempre
con ese sabor agridulce del recuerdo...
De un amor que fue y no era su momento.

Silvia Gomez (Argentina)
Margi Eclectica (Venezuela)
Maria Veronica Flores Hilde (Paraguay)

Aportes para “la Nave”. 16-01-2011

sábado, 14 de agosto de 2010

MIEDO (Crónica de una noche interminable).

Mientras decae el sol y las sombras cubren las intenciones. A la cabeza le espera el hueco de las almohadas.
El cuerpo siente un escalofrío que lo recorre al acercarse al lecho donde le aguarda ese temible hueco, parecido a la mazmorra, en donde la cabeza se recuesta comenzando esa encarnizada tortura que se torna en lucha entre el corazón, el cuerpo, la mente y el alma.

El cuerpo, tiritando de frío, batalla a muerte contra el corazón y la mente.
El corazón, debilitado de tanto dolor, agoniza dando los últimos suspiros. El alma, sumisa, espera dubitativa.

El palpitar del corazón, como tambor batiente, retumba en mis oídos porque de nuevo hoy, me trajo el viento esa voz, que en un hondo suspiro salido del fondo de tu corazón, evocando un dulce recuerdo, llegó hasta mí diciendo que me necesitas.
Mi cuerpo reacciona. Mi piel se eriza, sintiendo la necesidad de tu cuerpo.
El cosquilleo particular en el vientre, que se contrae. La sangre bulle, llenando las arterias; calentándolas, haciendo que el cuerpo se doble, hirviendo por el deseo de poseerte y que me poseas con esa lujuria salvaje que me lleva al éxtasis, al delirio…, depositando en Mí la simiente que jamás germinará.

La razón con su lógica y cruel sapiencia se manifiesta de manera clara, seca, a que por ventura, no quepa ninguna duda:

_ Aunque la percepción del sentimiento compartido sea tan fuerte, seguirá siendo una quimera mientras no se vea plasmada en la profundidad de los ojos, dicha en una frase pequeña o cristalizada en un trozo de papel.
Que el amor, de vital importancia en la juventud, carece de sentido ante los compromisos y promesas asumidas frente a un altar -por ambas partes rotas-, los lazos sanguíneos y el sentido de pertenencia que nos unen a los hijos, no serán vistos con la debida importancia que le damos cuando ellos, al crecer y madurar, formen su propia familia.
Y terminaremos preguntándonos: ¿Por qué lo fui postergando? _

La mente, grita triunfante, tirana, burlona su consabida verdad:
-¡¿Cuándo aprenderás?!

Una vez fuiste, mas ya no eres ni volverás a ser la elegida.
Observa a tu alrededor. ¡Disfruta de lo que tienes!
Miro mis manos, frías y cuarteadas por los años. Aparentemente llena de bendiciones, y muchas veces, hasta envidiada por los demás…
¡Están vacías!; carentes de ese sentimiento tan anhelado que hace que la vida cobre sentido.

Mi corazón siente una punzada, parecida a mil dagas ardientes y en una exhalación, con un alarido furioso, da el último grito aterrador:
¡Dios, devuélveme la vida!!

Las lágrimas se escabullen suaves, cálidas entre los párpados. Ruedan cansinamente por las mejillas y se depositan, cual delicada mariposa en una flor, sobre la almohada; siendo absorbidas, como gotas de lluvia en el árido desierto, sin dejar huellas.

El alma quebrada y triste, cansada de no recibir respuestas a sus añejas y repetitivas plegarias, deambula. ¡Huye! buscando en los sueños un recuerdo como limosna; una migaja, que le sirva de alimento para seguir subsistiendo, avivando el sentimiento que no se conforma con la resignación que antecede al olvido.

El Alba, va tiñendo el horizonte…

viernes, 9 de julio de 2010

Sequía.


Horas
Donde el tiempo se detiene en el aire.
Como el polvo en un día sin viento.
Cuando la máxima “El tiempo es oro”,
carece de sentido.

En donde el cuerpo se agrieta
al necesitar de estímulos que lo muevan,
Y las simientes se pierden sin sentido ni fin.
Espacio en que la sonrisa
yace en una mueca congelada,
hipócrita.

Hace tiempo que intento...

Dejar salir de nuevo
mis emociones y sentimientos,
plasmarlos en un trozo de papel;
pero mis manos,
yacen impávidas sobre la falda
el corazón mira distraído a cualquier parte
y el alma se niega a entregarse.

María Verónica
3-7-2010

SIN TÍ...

Peinando mis dudas
y dejándolas caer
como hojas mustias en otoño.

Con el corazón alborotado
sintiendo tu necesidad de mí
haciendo bullir la sangre en mis venas
por el deseo en mi cuerpo.

La esperanza puesta en el horizonte
y los ojos puestos en cada luna llena
repitiendo tu nombre en un susurro.
A esto se reducen mis días...

Sin ti.

Viéndote pasar sin detenerte
preguntando a gritos:

¡Por qué!

Luego, con nostalgia pienso:

Mañana, quizás, tal vez.

29 – 03 -2010

martes, 6 de octubre de 2009

ESA PUERTA…


Lo que fue incubándose detrás de aquella
no lo presentí como todo lo que acontece a mí alrededor.

Ni por un segundo imaginé que detrás desnudaría mi alma
compartiendo, por primera y única vez
mis reflexiones más profundas,
aparte de lo que él ya conocía a través de mis ojos;
Las vulnerabilidades de mi cuerpo.
Descubrió uno a uno
los males que minaban mi interior;
desgastándome físicamente.

Traspasé ese umbral,
fui más allá y me permití soñar…

Entregué mi corazón sin oponer resistencia.
Y entre vanas explicaciones y búsquedas de un porqué,
como si el amor entendiera de razonamientos;
en medio de unas suaves caricias
de sus labios rozando mis dedos
conocí la experiencia de llegar al límite del éxtasis
sin más contacto que unos tiernos besos.

Intimidad.

Unas cortinas cerradas y el cerrojo puesto
a ese retazo de madera y cristal…

Con el corazón acelerado y la pasión desbordada,
quemándonos la piel
entre el juego de compartir guindas y besos,
en unos minutos
me llevó más allá del límite que conocía
sólo con los placeres solitarios.

- Lo sigo disfrutando
en las noches y madrugadas desveladas
susurrando su nombre-.




Hoy, en mi corazón y en su puerta
el cerrojo está puesto…

Yo lo cerré. El tiempo expiró.
Lo mantuve entreabierto
como lo había pedido.

Él, mantiene cerrado y bloqueado
ese pórtico,
con un desmedido orgullo.

Ese umbral...

Ya no lo volveré a cruzar
por mí misma motivada.

06- 10- 2009.
María Verónica.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Escondido tras un corazón.

Desde que nuestros ojos se vieron
de aquella manera diferente,
mi vida ha cambiado profundamente.
Tuve noción de amar y ser amado,
a las almas que cobijamos en el interior
no le importó romper barreras;
causando daño alrededor.

Conservo desde aquel tiempo un corazón de metal
porque sólo así podría sobrevivir a esto que nos une.

Escondido tras un corazón,
lidiando cada obstáculo puesto en el camino
impugnando los deseos de tenerte entre mis brazos.

No se cómo enfrentarme a ti…

Cómo decirte que te amo y que en mi mente estás.
tu silencio me arrastra a los latidos de aquel
que mi alma se llevó.

Escondido tras un corazón;

No me dejo vencer por este sentimiento tan puro;
sublime .
mis noche son sinónimos de desvelos,
y aunque sólo eso causes en mi vida,
a gritos pido que me devuelvas el aliento.

Amar no es un error nuestro
De nosotros es un error no saber amar.

23-09-09
Camila Orellana, Chilena, 18 años.

(Una visión fresca que relata los sentimientos de Maria Verónica)