Crisálida.

Sentimiento sustanciado de emociones, plasmadas en palabras, dichas en un susurro que brotan del fondo de mi Alma.

martes, 1 de julio de 2008

Umbral de esperanza.

_Decisión varios años postergadas que ha llegado a su fin_.

Sentir el corazón constreñirse, retraerse,
hasta volverse un órgano casi inútil
y el alma que abandona el cuerpo
y las lágrimas que ganan la batalla,
toman por asalto las mejillas,
surcan y queman con salobre,
indolente estilo…
¡Triunfante!

Sólo queda mirar al cielo
apretar, entrecruzar los dedos temblorosos,
en una penitente y mendicante actitud,
agachar la cabeza y preguntar:

¿¡Hasta cuando!?

Aprieto los dientes con furia,
la rabia contrae los labios, en una mueca,
intento crear una sonrisa de resignación.

Trato de no dejarme llevar por las lágrimas
escondo la mirada, doy la espalda
tras una frase, amarga, hiriente,
siento humillación, una vez más.

Hasta cuando…

Los pasos cansinos, aplomados
sin ganas de seguir, de dar el siguiente paso.
Las madrugadas solitarias mirando el vacío.
¡Siento tanto frío!

Aspiro bocanadas de un cigarrillo tras otro
oculto el nerviosismo,
consciente del humo
que se filtra en mis pulmones y
sin importar que con ello resta algo,
de lo poco que me queda de vida…

Que ya no deseo.

Los ojos apagados por la tristeza.
Miro, espero verlo llegar en la lejanía.
Trato de divisar una tímida luz
que me permita ver…
El umbral de esperanza.

Dime tú, ¿hasta cuándo?

Apiadándote de mí, de por sí,
pobre y empequeñecida humanidad
responde…

¡¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?!