Crisálida.

Sentimiento sustanciado de emociones, plasmadas en palabras, dichas en un susurro que brotan del fondo de mi Alma.

martes, 6 de octubre de 2009

ESA PUERTA…


Lo que fue incubándose detrás de aquella
no lo presentí como todo lo que acontece a mí alrededor.

Ni por un segundo imaginé que detrás desnudaría mi alma
compartiendo, por primera y única vez
mis reflexiones más profundas,
aparte de lo que él ya conocía a través de mis ojos;
Las vulnerabilidades de mi cuerpo.
Descubrió uno a uno
los males que minaban mi interior;
desgastándome físicamente.

Traspasé ese umbral,
fui más allá y me permití soñar…

Entregué mi corazón sin oponer resistencia.
Y entre vanas explicaciones y búsquedas de un porqué,
como si el amor entendiera de razonamientos;
en medio de unas suaves caricias
de sus labios rozando mis dedos
conocí la experiencia de llegar al límite del éxtasis
sin más contacto que unos tiernos besos.

Intimidad.

Unas cortinas cerradas y el cerrojo puesto
a ese retazo de madera y cristal…

Con el corazón acelerado y la pasión desbordada,
quemándonos la piel
entre el juego de compartir guindas y besos,
en unos minutos
me llevó más allá del límite que conocía
sólo con los placeres solitarios.

- Lo sigo disfrutando
en las noches y madrugadas desveladas
susurrando su nombre-.




Hoy, en mi corazón y en su puerta
el cerrojo está puesto…

Yo lo cerré. El tiempo expiró.
Lo mantuve entreabierto
como lo había pedido.

Él, mantiene cerrado y bloqueado
ese pórtico,
con un desmedido orgullo.

Ese umbral...

Ya no lo volveré a cruzar
por mí misma motivada.

06- 10- 2009.
María Verónica.