El dolor
se cierne y esparce
como ondas en el agua
recorriendo
cada rincón del cuerpo
entregándose
a la debilidad de la muerte.
El sentimiento
como un cándido adolescente
se sacude y renace
con el sólo atisbo de una sonrisa
como los brotes de cerezo
al finalizar el deshielo.
¡Débil órgano el corazón!
que no entiende de razones
ni la horrenda realidad
que la mente le hace notar
sin un ápice de compasión
ni sutilezas, como un espejo
la triste
cruel verdad
la falta de cariño.
se cierne y esparce
como ondas en el agua
recorriendo
cada rincón del cuerpo
entregándose
a la debilidad de la muerte.
El sentimiento
como un cándido adolescente
se sacude y renace
con el sólo atisbo de una sonrisa
como los brotes de cerezo
al finalizar el deshielo.
¡Débil órgano el corazón!
que no entiende de razones
ni la horrenda realidad
que la mente le hace notar
sin un ápice de compasión
ni sutilezas, como un espejo
la triste
cruel verdad
la falta de cariño.
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